Cristo, nuestra rica y gloriosa herencia.
Al
analizar el pentateuco, se pueden comprender
grandes verdades de lo que actualmente conocemos como el pacto de
Gracia, Simbolismos y representaciones de lo que Dios había planeado que
aconteciese para el beneficio de la humanidad, tanto la ley, Moisés, Josué, la
pascua, las fiestas, el tabernáculo y muchas otras cosas que nos apuntan
directamente a Jesucristo.
En este
capítulo 5 del libro de Josué, nos muestra unagran realidad de lo que actualmente vivimos por
medio de Cristo y su obra en la Cruz.
Si
analizamos desde el principio podemos entender con mayor claridad qué tipo de
semejanza existe entre Josué 5 y el
Cristianismo verdadero. Para comenzar Tenemos que colocar a 2 personajes con su
respectiva representación en el llamado donde sirvieron a Dios; y estos son:
Moisés y Josué.
Moisés
representa “La Ley” pues a él fue a quien Dios mismo se las dio, para que la
colocara como preceptos para el pueblo que Dios había escogido.
Éxo 24:12
Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley,
y mandamientos que he escrito para enseñarles.
Josué representa a “Cristo”
¿Por qué? -Estudiemos un poco más el
significado de su nombre, y comparemos más adelante su trabajo con el de
Cristo.
Josué del hebreo (Yehoshua, el
Señor es salvación. Equivalente al castellano “Jesús”) él fue quien Moisés escogió
para ser su ayudante, que posterior a la muerte de Moisés se convierte en
sucesor.
Núm
13:16 Estos son los nombres de los
varones que Moisés envió a reconocer la tierra;
y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué
Hay una tierra prometida que
heredar, no obstante es importante notar que esta herencia está basada es en
una “Promesa” dada a Abraham en Génesis
15:18:
Gén 15:18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra,(E) desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;
también Dios mismo le anuncia a Abraham que ese pueblo el cual sería
su descendencia seria esclavo por 400 años (Génesis 15:13). Después de que
Abraham recibiese esa noticia se cumple todo tal cual como Dios se lo había
dicho. 430 Años más tarde el pueblo sale libre de la esclavitud y se les da una
ley por medio de la mano de Moisés, la realidad de la promesa aún sigue en pie,
y es imposible que esa ley dada 430 años después anule la promesa, la herencia
de esa tierra está basada en una promesa y no en una ley. (Gálatas 3:17).
La
Herencia de esa buena tierra, tiene también una representación y es Cristo
mismo como nuestra única y gloriosa herencia (Efesios 1), y es aquí donde surge
una pregunta ¿Por qué moisés no entra a la tierra prometida?
Moisés
(La Ley) no puede entrar a tomar posesión de la herencia, porque esta ley no
fue añadida para hacer heredar, sino más bien para guiar a la herencia de la
tierra que se nos prometió (Cristo), es Cristo mismo quien tiene la capacidad y
el poder de hacernos herederos de Él mismo, y es allí donde Josué en
representación de “Jesús” conduce al pueblo a la conquista de la tierra.
Esta
ley nos condujo a mirar nuestra miseria humana, y nos guio a la búsqueda de
alguien que supliera la necesidad Espiritual que tenemos, la ley siempre nos
mantuvo señalados, y nos tapó la boca, pues nuestras obras eran malas por
naturaleza (Romanos 7)
La ley solo pudo mirar de lejos
la promesa, ya que ningún ser humano puede ser justificado por las obras de la
ley:
Gál 2:16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Moisés
cumplió con su representación de manera satisfactoria dando paso a la herencia
de una promesa hecha a Abraham que tiene su cumplimiento en Cristo mismo.
Gál 3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
Acabada
la carrera de Moisés, el pueblo entra al plano de heredar la tierra en manos de
Josué (Jesús) quien introduce al pueblo a la tierra prometida (Cristo mismo)
Josué
entra a una labor grande y fuerte, no obstante Dios promete estar con él
siempre, y nunca desampararle. Aún el pueblo esperaba con ansias heredar la
tierra que Dios prometió y que ahora está en manos de Josué guiarles a la
herencia, esta gran verdad tiene mucha semejanza con la realidad de Efesios 1:
Efe 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad
pues Cristo mismo es quien nos hace herederos de Él mismo, colocando en
nosotros un sello que nos indica que le pertenecemos, y que pronto vendrá por
nosotros, pues en Cristo también tuvimos herencia habiendo sido predestinados
para ser hijos suyos conforme al que hace todas las cosas según el designio de
su voluntad.
El
pueblo de Israel debe empezar la conquista de la buena tierra, tierra que les pertenecía
por promesa de Dios que ahora debían poseer y disfrutar. El Rio Jordán es la
clave para empezar a poseer la tierra, y es allí donde vemos la clara realidad
de nuestra vida en Cristo, pues todos nosotros estábamos hundidos y vendidos al
pecado, y ese pecado era la pared que no dejaba que nosotros por ningún motivo
obtuviéramos la tierra prometida, la intervención de Jesús es la pieza clave
para que nosotros tuviésemos acceso a Él, fue Cristo quien dividió el rio para
que nosotros pudiésemos obtenerle a Él mismo como nuestra herencia más
satisfactoria, y así Josué por el poder de Dios hizo al pueblo pasar el Jordán
y empezar la conquista de la buena tierra.
La ley
nos hizo reconocer nuestra miseria humana, para eso Dios mismo la coloco,
haciendo que nosotros anheláramos a Cristo, y que en su justicia en la Cruz,
nos hiciera aceptos en él. Él es nuestra única rica y gloriosa herencia.
ESPERA PRONTO LA SEGUNDA PARTE.
(Comparte este Articulo)